La vacunación es clave, pero habrá que seguir usando barbijo y con distanciamiento social

La vacunación es clave, pero habrá que seguir usando barbijo y con distanciamiento social

“La vacunación no es un acto solo individual sino de solidaridad social ”, explica Bonvehí.

Entrevista al médico infectólogo Pablo Bonvehí

Pasó más de un año ya desde la detección de una neumonía con origen desconocido en Wuhan, China. Las imágenes de calles desoladas y personas con barbijos que en enero de 2020 parecían lejanas y salidas de ciencia ficción, rápidamente se replicaron en todo el mundo hasta convertirse en una pandemia sin precedentes. Clarín dialogó a fondo con el infectólogo Pablo Bonvehí, integrante del Comité Asesor sobre COVID-19 del Ministerio de Salud, para comprender el alcance de las vacunas en desarrollo y todo lo que se viene.

Bonvehí advierte que “es probable que venga una segunda ola” y asegura que la vacunación será primordial para bajar el índice de mortalidad, pero no así de contagio. En efecto, hace foco en la importancia de mantener las medidas de distanciamiento social incluso por parte de las personas que sean vacunadas, dada la falta de información sobre la duración de la inmunidad.

Si bien a simple vista esto podría no resultar esperanzador, existe un horizonte claro y es necesario el accionar conjunto de la población para lograr este gigante objetivo común. “Si vacunamos y además mantenemos las medidas de distanciamiento social, seguramente se va a ir reduciendo la tasa de transmisión”.

El desarrollo de nuevas vacunas suele llevar mucho tiempo. ¿Cómo puede lograrse en tan poco tiempo en el caso de COVID?

Los tiempos se están acortando gracias a la existencia de nuevas plataformas. Por otro lado, normalmente la producción de vacunas comienza a desarrollarse recién una vez que están autorizadas por las entidades regulatorias. Pero la situación actual es gravísima a nivel mundial, y requiere la mayor celeridad posible.

En ese sentido, se observa una gran escala de producción al mismo tiempo que las vacunas aún se encuentran en fase 3.

La principal innovación que cambia el paradigma es que la mayoría de las vacunas que se están desarrollando contra el COVID iniciaron la puesta a punto de la producción en escala mientras aún se encuentran en fase 3. Por supuesto que es una situación a riesgo, porque puede suceder algo en la fase 3 que haga que esa producción no se concrete. Pero si uno espera a tener toda la aprobación regulatoria para comenzar los procesos de producción, seguramente se va a perder un año más.

¿Es posible hablar entonces de seguridad?

Hasta ahora, no se han mostrado alertas de seguridad significativas en las vacunas que se están desarrollando. La seguridad se va a vigilar de dos formas, va a haber doble mecanismo. Por un lado, el estudio de fase 3 va a continuar y, por otro, los sistemas de vigilancia que tienen todos los países deberán estar mejor preparados para vigilar la aplicación en la comunidad.

Cada vez hay más personas que dudan si vacunarse. ¿Qué incidencia colectiva tendrían este tipo de decisiones?

En el mundo hay grupos antivacunas y es algo muy difícil de revertir. Más allá de estos grupos, creo que en la medida que la gente vea que muchas personas se vacunan, que es segura y efectiva, se van a ir vacunando en forma natural y van a ir adquiriendo confianza. Siempre hay que pensar que la vacunación no es un acto solo individual sino de solidaridad social: si yo me vacuno, estoy evitando la transmisión, estoy evitando que me lleven al hospital y que otra persona del hospital se pueda contagiar. Hay una serie de beneficios que van más allá de lo individual.

¿De qué forma es comparable Covid con anteriores pandemias?

Pandemias como ésta podemos hablar sobre la del año 18, la influenza, que generó un impacto global muy importante. Se controló solo con medidas epidemiológicas, aunque generó cerca de 50 millones de muertes. Pero es difícil comparar por todos los avances de la ciencia. En ese momento no existían siquiera antibióticos y las medidas eran muy precarias. A lo largo de este año, a diferencia del 18, hemos conocido de manera muy rápida cuáles son las medidas que realmente impactan. Aún así, llevamos casi un año en pandemia.

Ante una vacunación gradual y masiva, ¿se puede esperar inmunidad comunitaria?

Interrumpir la transmisión va a demandar tener muchas más dosis de vacunas y vacunar a la mayor parte de la población. Eso por ahora no va a ser factible. El primer objetivo de vacunar es disminuir la mortalidad y morbilidad. Con las vacunas en marcha, podríamos tener un menor índice de mortalidad si logramos vacunar a un número alto de personas en riesgo, pero no menor índice de contagio. Es muy probable que llegue una segunda ola, es lo que ha pasado en Europa y es muy probable que tengamos la misma curva epidemiológica en Argentina. Por eso es importante mantener las medidas de distanciamiento social.

¿Cuándo se podría volver a la vida prepandemia, sin distanciamiento social?

Si vacunamos y además mantenemos las medidas de distanciamiento, seguramente se va a ir reduciendo la tasa de transmisión. La vacunación es clave para frenar la pandemia, pero no elimina la necesidad de medidas de distanciamiento. Hasta que no pase el tiempo suficiente para que los estudios clínicos nos permitan conocer la duración de la eficacia de la vacuna, quienes se vacunen deberán seguir utilizando barbijo y respetando el distanciamiento social. Hay cosas que se van conociendo a medida que van ocurriendo y se van haciendo los estudios científicos. Con el alto desarrollo tecnológico y científico que tenemos a esta altura del siglo, es difícil de aceptar que no podamos tener respuesta para todo, pero hay que saber y aceptar que no todo se conoce.

Señas particulares

Pablo Bonvehi es médico infectólogo. Integrante del Comité Asesor sobre COVID-19 del Ministerio de Salud y Técnico Asesor en Inmunizaciones de la Organización Panamericana de la Salud, el médico Pablo Bonvehí es Especialista en Infectología y Máster en Public Health. Trabaja como Jefe de Infectología en el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC); Director y Profesor Titular de la Especialización Universitaria en Infectología en el Instituto Universitario CEMIC; y Director Científico de Fundación Vacunar.

Foto: Emmanuel Fernández
Fuente: Clarín – Natalie Rodgers